La República Centroafricana es un país cuya situación socioeconómica no para de degradarse desde hace varias décadas. Sucesivas crisis y conflictos persistentes crean tensiones y movimientos de población. Los habitantes del noreste y del suroeste, donde se encuentran las prefecturas de la Mambéré-Kadeï y de la Sangha-Mambéré del territorio, se ven afectados por estos desplazamientos y fragilizados por una cada vez mayor inseguridad alimentaria.
La desnutrición se ha convertido en uno de los mayores retos del país donde las tasas de desnutrición crónica sobrepasan los umbrales de emergencia establecidos por la OMS, con una tasa de prevalencia del 43,8 % (Rapid SMART, CRf 2016). Entre los factores principales de riesgo se han identificado los siguientes:

Prácticas de amamantamiento materno exclusivo inapropiadas para los niños de 0 a 6 meses y prácticas de diversificación alimentaria inapropiadas para los niños pequeños a partir de los 6 meses,

Importante influencia de las creencias y de los tabúes alimentarios sobre la alimentación de las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia,

Poca diversidad alimentaria (alimentación centrada en la mandioca),

Escasa accesibilidad/disponibilidad a los alimentos locales en los mercados debido a una producción deficiente

Fuente de dinero entrante deficiente debido a una inestabilidad de las fuentes de ingresos

Sistema de salud deficiente y desinterés por el mismo por parte de la población

Acceso al agua potable muy deficiente en el área de estudio, lo que genera una fuerte vulnerabilidad frente a las enfermedades hídricas

Madres muy jóvenes y embarazos poco espaciados

Carga de trabajo de las mujeres y agravamiento de su precariedad

Tras este estudio se formularon recomendaciones programáticas. Si desea más información, consulte l’Essentiel.